La característica principal del trabajo de parto es la naturaleza rítmica.

El aspecto del nacimiento en el cual la naturaleza rítmica del trabajo de parto, está mejor representada es el dolor. El dolor en el trabajo de parto es intermitente, coincide con las contracciones. El ritmo y el grado de percepción, es propio de cada mujer con características individuales, producto de las experiencias y la personalidad de la mujer que está de parto.

La naturaleza intermitente es uno de los grandes secretos del parto fisiológico.
Guia a través del parto y protector de la madre y el bebe – Movimiento.

La función fisiológica del dolor es proteger al cuerpo. El parto representa una paradoja fisiológica, ya que la mujer con el objetivo de traer a su bebé al mundo, tolera una situación que va en contra de cualquier instinto de auto-conservación. La respuesta fisiológica más importante al dolor en el parto es: EL MOVIMIENTO. La mujer asume instintivamente las posiciones más analgésicas, y aquellas donde la resistencia y la compresión son reducidas, evitando daños a su periné. También instintivamente, guiadas por el dolor, puede adoptar posiciones que rectifican ubicaciones del bebé que pueden resultar peligrosas.

Estimulador endócrino

El dolor intermitente crea momentáneamente un pico de stress agudo en el organismo de la mujer. Su cuerpo reacciona liberando catecolaminas, las que a su vez cuando son liberadas en picos, provocan liberación de ocitocina y también de ENDORFINAS (analgésicos endógenos). La ocitocina estimula a la prolactina, que tiene un rol fundamental en la protección del metabolismo de bebé durante el trabajo de parto y lo ayuda en la transición hacia la vida extrauterina. La prolactina también estimula a las endorfinas. Asimismo el sistema nervioso parasimpático constituye una fuente de endorfinas. Todas estas fuentes estimuladoras de endorfinas interactúan con el organismo de la mujer durante los espacios entre contracciones. Como las endorfinas frenan las contracciones, son responsables del ritmo del trabajo de parto. La armonía correcta entre sistema nervioso simpático y parasimpático (que aseguran la evolución normal del trabajo de parto), es favorecida por la alternancia adecuada de dolor y relajación. Lo anteriormente citado sostiene que el dolor es un importante estimulador endócrino.

Endorfinas, reduce dolor y favorece estado alterado. Dependencia y apego

La función de las endorfinas no sólo es la reducción del dolor, sino también son responsables de un estado alterado de conciencia, similar al estado hipnótico (el famoso PLANETA PARTO), que se observa en la mujer en la segunda parte del trabajo de parto. Este estado facilita la inhibición de la parte racional del cerebro, tomando el mando las zonas más arcaicas e instintivas de nuestro cerebro. La mujer supera sus propios límites y se prepara para la apertura máxima de su cuerpo.

Las endorfinas también tienen intima relación con el proceso de APEGO que se da inmediatamente después del parto, y se refleja en la especie de “enamoramiento” entre la madre y su bebé. Esto refleja la función afectiva del dolor.

Dolor como expresión de dolor psíquico de separación.

Se adjudica una función psicológica del dolor, en dos sentidos.
Primero como elemento que facilita la separación, en los casos en que este proceso no fluye, generalmente por poca familiaridad de la madre con su bebé no nacido.

Dolor como elemento de transformación personal-miedo y ansiedad. Limites extremos, entrega.

En segundo lugar y demás importante: el dolor como un elemento de trasformación personal: existe un gran desafío de la fuerza individual de la mujer. Atravesar esta experiencia que la pone al borde de sus límites y superarla, elevará su autoestima y la prepara para la maternidad positivamente.

Estimulador sexual-función energética.

Quizás la más extraña función del dolor sea la que lo relaciona con las energías sexuales de la mujer: el dolor como estimulador sexual.
El dolor intermitente, con su cada vez mayor estimulación, hace crecer la tensión en el cuerpo femenino, particularmente en el área genital. Se han registrado experiencias orgásmicas durante el trabajo de parto, la mujer fluye en el flujo de las energías biológicas, las endorfinas favorecen una relajación profunda entre contracciones.

Funciones afectivas del dolor-alta concentración de endorfinas estimula el sistema límbico del cerebro primario-responsable de las funciones afectivas.

Como apreciamos la presencia del dolor intermitente, desencadena una serie de eventos saludables para la madre y su bebé, por lo tanto es lógico pensar que su supresión genere complicaciones considerables.